Que en palaveano sería algo así como:
¡Feliz Navidad, neeeno!
Recuerdo el frío clavándose contra mis huesos, la mesa llena de cosas dulces y duras, los viejos que mi padre no podía soportar cenasen solos en sus casa, mis abuelos, mi abuela Mamatín y su hambre canibal y senil que cada Navidad acababa en empacho; las ostras, las alcachofas rellenas, las botellas verdes de champán y... la mirilla esperando la fiesta de los plagos.
Ya lo conté más de una vez y hoy estoy poco escritora, pero no puedo dedicar una entrada a la navidad sin recordad a los plagos y a sus fiestas, las mejores fiestas del barrio.
(o neeena, asejún con quien te cruzases)