lunes, 26 de mayo de 2008

Holy Smoke o el desprogramador rendido.






Este regalo venía teñido con tu mirada señalándome a mí y he de confensarte que desde el momento en que ella ya decide hablar con él nunca me había sentido tan bien interpretada.
Gracias.

martes, 20 de mayo de 2008


Estoy en ello, lo juro, lo prometo, me lo juro, me lo prometo.




martes, 13 de mayo de 2008

Un entretenimento: volviendo a jugar a los corazones.

Descansando un poco de la efervescencia en la que estoy viviendo, y sin acabar entradas que tengo escritas en el borrador, vuelo a jugar contigo, amigo mío, a los corazones, porque tenía esas fotos guardadas desde la otra vez. Así que a ver que sale.





Corazón de Hiedra




" Se va enredando enradando, como la hiedra en el muro, como el musguito en la piedra y sí, si si, y va brotando ..."
Ya lo dice la canción, quien tiene un corazón así se enreda en su enamorado de modo natural, sin esfuerzo y con total entrega.
Cuando están juntos suelen dormir desnudos, piel con piel, cuanta más mejor.
Les gusta la humedad y los pájaros que les anidan. Para éstos siempre tienes alpistes e hilos con los que ayudarles a hacer sus nidos. Aveces sus "pájaros" se convieten en obras de arte reconocidas.
Lo curioso es que los que tienen corazón de hiedra suelen enredarse con troncos y muros. En contadísimas ocasiones dan con otros corazones hiedra, pero cuando esto ocurre las flores lilas que brotan sobre su verde son las más hermosas de la tierra.

Corazón de hierro



Son incombustibles, casi...
Secos y rígidos, casi...
Duros y mudos, casi...
Leales y pacientes, casi...
Son el mejor electrodoméstico del mundo. Te proporcionan comida, limpieza, y te solucionan todos los problemas "reales", aunque tú no quieras. Sabes que te quieren, más que a nada en su vida, pero...son de hierro
Grandes cuidadores, aunque tú no quieras, buenos ahorradores, aunque tú no quieras, y magníficos organizadores, aunque tú no quieras.
Los padres y madres de antes casi todos tenían un corazón así. De esos que sólo son felices mientras creen que les necesitas.
Sin apenas piel, sin apenas caricias, ni besos, ni para sus parejas, ni para sus niños . Vestidos de faena toda la vida y reservando sus galas para la muerte.
Pasan la vida sin saber lo que desean, porque no se lo consienten, y perdiendo gran cantidad de aceite que acaba pringando a todo el que les rodea.Hasta que un día los casis... se les desbordan y dejan de ser casimudos, casirígidos, casipacientes, porque descubren que no son ni eternos, ni tan fuertes y entonces creen tener derecho a pasar factura, a pedir la cuenta por toda la mala baba que llevan acumulada. La suya, que creen tuya, la de los corazones de hierro.



Corazón de Piedra




Se podría creer que este es el corazón más duro e insensible de la tiera, pero no es verdad si la piedra es de río.
Te cuento:Cualquier corazón, incluso el de mantequilla, se puede petrificar si le abandonan a la orilla del agua.
El corazón piedra de río es como el de chocolate, como el corazón casa, o el corazón princesa, del que ya hablaré más adelante, pero la crueldad de una despedida inesperada, en la que no te permiten ni un triste abrazo, puede dejar así a cualquier corazón.
Imagina un corazón bizcocho, dulce, esponjado, bien amasado, bien horneado que lleva soñando con poder ofrecerse entero, como un manjar enamorado, a los labios de su pastelero. Y de repente éste, el mismo que encendió el horno, echó la levadura y la mantequilla, el mismo que esponjó y convirtió la masa en sabrosura, el mismo que le había prometido, "cómo fuese", comérselo entero, le da los buenos días y emplea escasos minutos en decirle adiós a la víspera de una húmeda orilla.

Pues... ¿cómo se te quedaría el corazón, si no lo tienes de caramelo y se te parte como una estúpida piruleta? Pues de piedra, ¿cómo si no?.
¡Ay! , menos mal que el río está lleno de ranas que esconden príncipes calentando su sangre sobre el sol atrapado en las piedras corazón.




Corazón prendido

Este corazón no sabía que existía hasta que reflejado en los iris de un niño se dio cuenta que no era un par de hojas desprendidas de un arbol caducifolio.
Ese día robó un imperdible a su mujer y se atrevesó con él para que ningún viento borrase aquel regalo que le hizo su nieto.




Corazón Soga




Todo lo quiere tener atado y bien atado, desde sus ganas a las tuyas, pasando por las de todos los demás. Dice saber lo que sienten y piensan de él y de ti todos los que os rodean.
Prescinde de los amigos para que no tengas amigas, o de las amigas para que no tengas amigos, da igual, porque el corazón soga tampoco tiene sexo.
Sin tí no disfruta ni quiere hacer nada, para que tú no adquieras ningún derecho de disfrute sin él.
Te cuenta lo poquita cosa que es si no está a tu lado atado y bien atado. Su canción preferida es Sin tí no soy nada.
En los casos más agudos llena las páginas de sucesos de los periódicos.









Corazón invisible














No se deja ver aunque está lleno de amor en el estado menos sosegado: enamorado.
Se esconde bajo las aguas del río que es y que no se permite mostrar.
Ama en silencio porque sabe que él o ella no le aman, susurra a solas bellas palabras de amor, y dormido, jamás despierto, sueña con besos y labios.
Nunca se queja, y si algún día coicide con otro corazón que ama en silencio se hacen amigos inseparables y rien juntos de las mariposas que logran escapar de sus miradas.
Cuando alguien se enamora de ellos exudan un halo perlado que al fin dibuja su silueta .








martes, 6 de mayo de 2008

Juntas y Revueltas.




Yo cumplí los treinta antes que tú. Tú eras una pipiola de 28 con una hija que siempre llamaba a su papá justo cuando éste se iba a trabajar.

"- Papi, papi,


- Pero Uxía, ¿estás tonta? tu padre te acaba de ir a dar un beso y a decirte adiós, ¡todos los días la misma historia!"

Y un marido que guardaba aire puro en bolsas de plástico y se disfrazada de abispa poniéndose el tetero con cazuela, del bikini que heredaste de tu hermana, de gafas de sol en la playa. Ese amigo que me asustaba metiéndo la mano por la ventanilla y agarrándome por el cuello cuando yo iba de copiloto y él detrás de mí, el gamberro que nos ponía aquellas vigilantes de la playa X que se ponían a comerse el coño a la hora nuestro café, justo antés de que tú le tirases a la cabeza la zapatilla y yo me atragántase de la risa y sin dar crédito, porque ni tú ni yo distinguíamos entre Pamela Anderson y una actriz porno hasta que estaban metidas en faena, jajajaja.

De Javier y sus ocurrencias podría escribir un libro entero ¡Cuántas risas dios! ¡Cuantos mimos también!



A ver...recordemos más: la tarde que le metía mano a Luli por el lomo y esta veía las dos manos de Nino llevándose la merienda a la boca, pero no se daba cuenta de que no era su marido, si no el tuyo, quien la acariciaba, jajajajaaja... hasta que se dió cuenta, jajajajajaja.



Nos conocimos exigiendo horarios e instalaciones decentes para la escuela de infantil y enseguida nos dimos cuenta de que eramos de la misma tribu. El mismo estilo a la hora de exigir a nuestros hijos y a la hora de mimarlos. El mismo estilo a la hora de exigir a las autoridades incompententes y a las ofendidas profes, el mismo estilo ante las mentes sucias que creían que nos cambiábamos las parejas porque nos desnudamos juntos en las playas, pero sobre todo el mismo estilo a la hora de compartir nuestro tiempo y nuestras casas.

Mi casa era tu casa, y la tuya era la mía. Tu nevera era mi nevera y la mía era la tuya. Tu tiempo era para mí como el mío era para tí: nuestro, algo que aunque sé que podría compartilo así con casi todos mis amigos, con muy pocos se dieron semejantes circunstancias: Ser mujeres, madres de hijos casi en la misma edad, con el mismo horario, "desempeladas", exigentes en nuestros derechos ciudadanos, peleando por lo mismo, y pasando de convencionalismos de madres, suegras y vecinas, pero es que además... nos encantaba y encanta reir.

¡Pasábamos tantas horas juntas! o mejor dicho: juntas y revueltas.

Un día comenzábamos en el desayuno y otro en la cena, pero siempre acabábamo juntas, con tu chico, con el mío, con la cotilla y retorcida víctima que tanto nos usó, con el encanto de Chus, con el gamberro de Jose, con la otra chus y Jaime, con la locura que nos dió de ir a moverle la tierra del jardín, con...lo que fuera.



Caminábamos, andábamos en bici, (todavía recuerdo aquellas conversaciones por Vilanova cuando el miedo a la anestesia de Carlos me perseguía en la visita quincenal al encanto de otoorrino que es Vidal) Las barras de pan que iban desapareciendo de tu mochila mientras volvíamos de los paseos; Los día buenos de excursión, o de poner el culo al sol, las disquisiciones de atolondradas que teníamos ante algún ser en pelotas que no sabíamos si era tío o tía ( ¡manda huevos!) hasta que uno de nuestro hijos nos decía "sólo tenéis que mirarle lo que tiene entre las piernas" jajajajaja. (La playa nudista es lo que tiene cuando vas todos los días, acabas por no mirar ni pitas, ni pitos). Lo días malos en el sofá, o la cocina. Veranos de campo, playa, camping y noches de estrellas y vino dulce. Inviernos de salas, cocinas, y... grandes papatorias. Sobre todo cuando llegaba fin de mes y teníamos que tirar de congelador, o cuando a nuestros colegas "ricos" se les iba la luz y traían toda la carne para nuestra casa, jajajajajaa. El cuartel montado en mi cocina, kilos de croquetas, asado, guisos y empanados de mil maneras para ocho adultos y seis niños. Ese era por aquel entonces el número habitual, considerábamos extraordinario y festivo cuando los adultos pasaban de 10 y de 8 los niños.



La coreografía que teníamos montada tú y yo hacía que las cosas cotidianas se desarrollasen con natural alegría y facilidad. Comidas, disfraces, muebles, compras, reuniones reivindicativas, radios, periódicos, fiestas, alcaldes y delegados de mala hostia, playa, ludotecas y cusos de adaptación con los que pretendían acusarnos de escaqueo, magreos de cinco años, vacaciones de mantequilla con ajo en el colacao, agudos de niño sordo, violines recién desvirgados, terrores nocturnos, el cocodrilo y el orangután, la pequeña serpiente ...y el águila real... las guardias de javichin el la renfe, el churrasco para el perro, noches de navidad en la gasolinera, los condones de sabores que descubrimos allí...las angústias de los contratos temporales, los langostinos, la castañeta rellena de pimientos y queso, tus recetas, las mías.

Compartimos todo lo que cabía en aquella era en el que el nuestro tiempo transcurría prendidas por las ganas de estar juntas.


Vuelvo a la risa:

¡¡¡Los callos!!!!!!! de aquel día en la Isla. La olla en el patrol fabricando el deseo de abandono de nuestros hijos, jajajajaja


Bruce!!!, la bici tirada en el carreirón, la merienda olvidada en casa, y todos acordándoos de mi pobre madre, jajajajaaj.


Qué curiosa es la vida, joder, hasta en lo que tenemos que comer ahora nos parecemos, supongo que lo nuestro pordría considerarse una evidencia. De tales barros , tales lodos...( putos barnices y tratamientos de la madera)

Los muebles que hicimos juntas, el viaje a Portugal con el mejor chofer del mundo, porque ninguna conducía todavía, lo mal que limpiaba yo los pinceles, los claveles y los ositos con pañales huella de nuestra aventura empresarial, el colocón que pillé con la pistola de barniz en tu buhardilla, el barnizado a rodillo en el bajo de tu padre, la sensibilidad química que pillamos juntas, y los años, ya por separado, que tardamos en descubrirlo.



Los meses que viví con Carlos R. y lo poco que te conté sobre aquello, lo mal que lo llevaste cuando te lo dí todo hecho y digerido, y te dije "es que para estas cosas soy así..."


Lo que me mimásteis cuando quise ser soltera, la risa del guiski cuando me venía la regla y luego me acompañábais a mi cama hasta que llegaba a mi habitación Carrascal, en tamaño natural, dentro de aquella tele gigante que me regaló Patriciaputiclubs y que sólo se veía en color sepia.

Aquel curro de encuestadoras que para ti fue una tortura, casi, y para mi una aventura diaria.

¡Tantas cosas juntas Geli! Juntas porque nos daba la gana. Las dos teníamos una vida hermosa por separado, pero...nos gustaba juntarla y revolverla.

Te fuiste a Vigo..."Para Vigo me voy", y yo no, y cada una siguió viviendo por su lado.


Te eché de menos, pero te imaginaba rodeada de amigas y amigos nuevos, escapadas de turismo rural, y feliz en tu nuevo entorno. Conocí tu casita, luego tu precioso y primoroso piso, pero dejamos de vernos. Me ilusioné muchísmo cuando me enteré que eras peluquera de bichos peludos. ¡Qué trabajo más a tu medida! con lo que te gustan los bichos y lo bien que peinas...(jajajaja, recuerdo el día que descubrí, con Javichín, que no sabía peinar niñas, jajajaja) me encantó saberte así. Y aluciné cuando me enteré de tus alergias y dietas. Qué cosas más raras le pasan a Geli...pensé, mi socia rara, tan rara que a su lado no soy la más rara. Lo que no sabía es que mis síntomas venían del mismo lugar que los tuyos.... hay que joderse.



Hace nada murió tu madre y cuando te llamé me dijste que me echabas de menos mucho, que nunca habías tenido una amiga así. Mi corazón recibió una sacudida de ternura y sentí muchas ganas de verte, de contarte lo diíicil que estos últimos años fueron para mí, aunque nunca me lo haya contado del todo, y nunca lo vaya a hacer. Pero lo del lunes desbordó todas mis compuertas. ¿Cómo se puede morir alguien sano, alegre, hermano, marido, padre, hijo, así de repente?

Nada más enterarme esperé a recobrar el aliento y te llamé. ¡Por dios, mi amiga! te salió todo lo que llevabas dentro. Tuve que ir a verte a abrazarte, con mascarilla y lejos de la gente, y en medio del dolor de vuestra pérdida sólo me decías: te quiero mucho, lo siento, lo siento, lo siento. Y de regalo sorpresa me contaste cuantas veces has llorado echándome de menos, y tuve que contarte cuanto te quiero. Me dijiste que nunca tuviste una amiga como yo, y yo te dije que te quiero mucho.

Desde hace unos años, Geli, mis renuncias las he lanzado dentro de mi agujero negro. Todo aquello a lo que he tenido que renunciar he dejado de desearlo para poder seguir cabalgando sobre mis ilusiones . Cuando algo me está prohibido lo quito del cajón de las añoranzas y lo sitúo en el cajón de los imposibles y ya no me permito soñar con ello. No deseo tomates, ni higos, y menos callos o paellas, no deseo ir a Madrid a ver Bruce, ni siquiera ir a cenar a un furancho, no deseo cosas, ni personas, que eran mi vida entera...aunque a veces las ganas se me escapen todas del agujero y se claven en la boca de mi estómago soltando lluvia por mis tres lagrimales. Tú también tienes una deformidad en los lagrimales, jajajaj, es verdad!!!!!!! jajajajaja, otra casualidad más...




Mi agujero está lleno de penas, miedos y renuncias a las que me niego a contemplar, pero en mi corazón están todos los amigos que han elegido quedarse conmigo, y todas las ilusiones sobre las que cabalgo cada mañana para poder seguir siendo yo: Zumos de mandarina, mermelada de papaya, pan tostado, paseos por bosque y playas, rios que me esperan, textos, ilustraciones, escenografías, produciones, pero, sobre todo, momentos con amigos...y aquí supongo que debería poner tu nombre, para que no se nos vuelva a escabullir el tiempo. Amo el tiempo, Geli.
Y ahora pido un deseo: Quiero volver a abrir la puerta de mi casa y encontrar la cocina llena de amigos a los que tú has tenido que hacerles la cena porque yo...me olvidé.

Tengo una foto en la que estamos juntas y revueltas que escanearé, mientras dejo colgada esta, esas dos mujeres, sentadas en la misma orilla mientras escuchan a otras, fuimos tú y yo.
Un beso en el centro de toda tu pena.