jueves, 31 de julio de 2008


Buenas noches, como esta en la que la magia de la pirotecnia llenaba el cielo y el mar de Vigo de color.



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Robadas en el blog de una amiga atlántica de Fernando, que hace unas fotos preciosas

Antes de irme a la cama


Sigamos bailando


Esa mujer que yace sobre la tierra.


He escrito varias interpretaciones de esta bellísima imagen con forma de minicuentos. Pero ni una sola es digna de subir aquí acompañándola.
Historias de amor, de desamor, de descanso de anhelos, de agotamiento de si misma, de dolores que sólo se desatan durante la nube que envuelve los sueños, o de la paz que se consigue dejando que el corazón riegue nuestro suelo.
He escrito de humedades que riegan la tierra y hacen nacer musgos y helechos, solo para que cuando ella despierte se sienta la más fertil y la más bella.
Por los dedos, contra las teclas, se me escapan historias de párpados que se eternizan cuando se cierran, o de un Cupido que se lleva el último beso de amor prendido entre la lengua y los labios de esta hermosa y silvestre mujer de piedra.
Renglones de pieles de piedra y musgo que se han librado de los deseos y anhelos, pero que rezuman la humedad del amor cada minuto de su existencia.
Yo qué sé todo lo que habré escrito...
Está claro que necesito descansar, y cuando me consiento una noche loca como esta lleno el blog de borradores que no subo y borro entradas en cuanto las releeo, porque en realidad necesito descansar del vicio de escribirme.
Necesito dejar que las emociones reposen sobre el lecho de la vida que construyo cada día, libres, tranquilas, pausadas, derramando sobre mi piel la tranquilidad necesaria. Y en este momento como mejor lo consigo es... cuando menos escribo.
De vez en cuando me descubro practicando el onanismo de la palabra escrita, a solas, en la más absoluta intimidad, protegida por la noche y jugando a que quiero soltarme, pero no es verdad, no quiero mirar hacia adentro. Todavía las renuncias están ahí sin acabar de digerir del todo, amenazantes, agazapadas y esperando a que yo esté despistada para salir a borbotones por mis ojos, y a suspiros imparables por mi garganta. Quiero esto, lo otro, y lo de más allá, todo aquello tan facil para algunos y tan dificil para otros, pero no le dedico ni un sólo pensamiento a ningún imposible, ni uno sólo, aun así parece ser que el deseo está ahí, si no...ya me dirás porqué siento la amenaza de las ganas.
No me da la gana, que se joda la pena, me importa un huevo sentirla de vez en cuando, no me da miedo, ni me hace infeliz, pero además no pienso perder ni un minuto en ello, aunque he de reconocer, que mientras siga mirando hacia otras partes, nada de lo que escribo me gusta.
Menos mal que las ilustraciones pendientes y la puesta en escena de Lara, además de la huerta, me proporcionan esas dosis de placer necesarias que necesita me efervescencia creativa.
Esta imagen merece un buen cuento que escribiré en cuanto puedo volver a mirarme dentro.