Sobrecogedoras la belleza y valentía con la que Sally Man fotografía su mundo y , sobre todo, a sus hijas e hijo.
Sus retratos son homenajes a la vida cotidiana atrapados con una placa de vidrio cubierta con colodión y éter.
Sally Man, la artista que consigue a través de su decadente y poética mirada mostrarnos el mundo que le rodea y habita trasladándonos de inmediato a, como poco, ciento cincuenta años atrás.