Aprendí a amar columpiándome en las letras de sus poemas, meciéndome en cada verso, arropándome en las gélidas noches con sus palabras, sintiendo la certeza de estas al hacer diana contra las paredes de mi joven corazón.
Contaba lo que yo sentía, también hablaba de como deseaba vivir mi propia historia, y así:
viví la ausencia y la urgencia como en Viceversa,
hice el trato de ser compañera,
hice el trato de ser compañera,
aprendí de táctica y estrategia,
a conjugar sustantivos:
"...yo nostalgio, tu nostalgias y cómo me revienta que él nostalgie"
a querer sin preguntas, a que me quieran sin respuestas,
a querer sin preguntas, a que me quieran sin respuestas,
se hicieron excursiones para vernos,
e incluso un amigo se despidió de mí con el chau número 3.
Así,
mientras yo bebía,
sedienta,
cada una de sus palabras
intentando calmar la terrible sed de...
descifrarme.
Hay poetas que trazan surcos en el alma, que alumbran las noches de soledad de los corazones hambrientos, que guian nuestros deseos por sendas tan desconocidas como sugerentes, que dibujan sentimientos de los que no sabíamos ni el nombre, que zurcen nuestras heridas entretelas con hilos que duran lo mismo que la palabra siempre.
Hay poetas que adornan sus sentimientos con hermosísimas palabras y hay poetas que logran adornar los nuestros. De estos últimos Mario Benedetti era, para mí, un gran maestro.
Ahora aquí pegaría poner a Serrat cantando "Hagamos un trato", o a Nacha Guevara interpretando "Te quiero" pero lo que de verdad me apetece poner es este otro vídeo.
e incluso un amigo se despidió de mí con el chau número 3.
Así,
mientras yo bebía,
sedienta,
cada una de sus palabras
intentando calmar la terrible sed de...
descifrarme.
Hay poetas que trazan surcos en el alma, que alumbran las noches de soledad de los corazones hambrientos, que guian nuestros deseos por sendas tan desconocidas como sugerentes, que dibujan sentimientos de los que no sabíamos ni el nombre, que zurcen nuestras heridas entretelas con hilos que duran lo mismo que la palabra siempre.
Hay poetas que adornan sus sentimientos con hermosísimas palabras y hay poetas que logran adornar los nuestros. De estos últimos Mario Benedetti era, para mí, un gran maestro.
Ahora aquí pegaría poner a Serrat cantando "Hagamos un trato", o a Nacha Guevara interpretando "Te quiero" pero lo que de verdad me apetece poner es este otro vídeo.
Esta voz ya había hecho sus propios surcos en mi modo de ser y sentir, ya había arañado con su desgarro las paredes de agua de mi corazón plagándolo de húmedas flores plantadas sobre mis grietas. Esta voz me compañaba mientras leía a Benedetti y soñaba con que el hombre que me amase me sintiese, sobre todo, su compañera.
Sigo escuchando a Bruce mientras leo a Mario
"No te salves"
No te quedes inmóvil
al borde del camino
no congeles el júbilo
no quieras con desgana
no te salves ahora ni nunca
no te salves
no te llenes de calma
no reserves del mundo
sólo un rincón tranquilo
no dejes caer los párpados
pesados como juicios
no te quedes sin labios
no te duermas sin sueño
no te pienses sin sangre.
no te juzgues sin tiempo
pero si
pese a todo
no puedes evitarlo
y congelas el júbilo
y quieres con desgana
y te salvas ahora
y te llenas de calma
y reservas del mundo
sólo un rincón tranquilo
y dejas caer los párpados
pesados como juicios
y te secas sin labios
y te duermes sin sueño
y te piensas sin sangre
y te juzgas sin tiempo
y te quedas inmóvil
al borde del camino
y te salvas
entonces
no te quedes
conmigo.