Hoy las lágrimas lilas han escalado hasta el morado trepando por las laderas de un corazón lleno de amor y admiración hacia ti. Dulces como moras, como las horas que nos regalaste, pero con el color de la tristeza de echarte de menos desde ya.
Te he escrito y te escribiré cartas llenas de amor y de besos guarros, como a ti te gustan. Las meteré en botellas que antes grabaré con tu inicial robando a la eternidad aquel momento junto a los caballos, en el que tú grababas la copa de Antón y yo pintaba piedras para otro de esos amores míos que nacen con la primera mirada o la primera palabra y duran lo que dura la eternidad, y las echaré al mar, porque sé que algún día te llegarán.
Esta canción sonará por ti cada vez que mi princesita de los ojos más azulmente tristes llore llenando el cielo de lágrimas en un teatro, ella estará muy triste, ya sabes... pero yo estaré agradecida por haber podido disfrutar al más saltarín de los gnomos de Faxilde, al mejor agricultor solar y al sabio de las cartas dulces y hermosas.
Tenía pensado meterte en un cuento pero, como siempre, Antón se me adelantó.
"- Antón:¡Arrea!¿eres profe? no sabía que eras profe de filosofía.
- Vicente: ¿no, y qué pensabas que era?
- Antón: Agricultor solar o ...algo así.
- Vicente: ¡Ahí va, qué bonito! ¿y eso por qué?
- Antón: Por que como brillas como un sol podrías hacer nacer las mejores verduras y frutas, por eso."
¡Hasta siempre, amigo!