Cuánto tiempo sin entrat aquí, al jardín de las lágrimas lilas, al lugar donde acudía a dejar colgadas palabras e imágenes que nacían en mi y no quería dejar morir.
No se porque razón un día dejé de tener ganas de escribirme sobre lo que hay dentro de mi, y con ello dejé de venir a guardarlo. Supongo que el tener el tiempo, y el corazón tan ocupados tuvo que ver, aunque ahora que lo pienso creo que tuvo mucho que ver el que, tras la presentación de los libros en Vilagarcía, y la turné de teles que quisieron contar lo de la sensible química que ilustra con remolacha y acude a sus presentaciones por videoconferencia, me encontré con un montón de visitas que al poner mi nombre de guerra en el google llegaban a este blog.
Aunque pueda parecer absurdo este sitio lo creé para mí, para un puñado de amigos, y para navegantes de la red que caen por aquí sin tener ni idea de quien soy. Sólo así me siento cómoda, por ello durante estos meses cerré el acceso sin invitación. pero aquí estoy de nuevo, no se ni a qué ritmo ni con qué intensidad, pero vuelvo a mis cajones de merceria, a dejar guardadas algunas de mis imágenes, palabras y algunas músicas que me conmueven.
Hoy cuelgo unas fotos.
No se porque razón un día dejé de tener ganas de escribirme sobre lo que hay dentro de mi, y con ello dejé de venir a guardarlo. Supongo que el tener el tiempo, y el corazón tan ocupados tuvo que ver, aunque ahora que lo pienso creo que tuvo mucho que ver el que, tras la presentación de los libros en Vilagarcía, y la turné de teles que quisieron contar lo de la sensible química que ilustra con remolacha y acude a sus presentaciones por videoconferencia, me encontré con un montón de visitas que al poner mi nombre de guerra en el google llegaban a este blog.
Aunque pueda parecer absurdo este sitio lo creé para mí, para un puñado de amigos, y para navegantes de la red que caen por aquí sin tener ni idea de quien soy. Sólo así me siento cómoda, por ello durante estos meses cerré el acceso sin invitación. pero aquí estoy de nuevo, no se ni a qué ritmo ni con qué intensidad, pero vuelvo a mis cajones de merceria, a dejar guardadas algunas de mis imágenes, palabras y algunas músicas que me conmueven.
Hoy cuelgo unas fotos.
